CIUDAD DE MÉXICO, México, mayo, 13, 2004.- Definitivamente es un ser especial. Es una mujer que trabajó incansablemente y que lo sigue haciendo. Su misticismo y discreción la ha llevado a ocupar un lugar importante dentro del ambiente artístico mexicano, pero lejos de la prensa y los curiosos.
María Elena Velasco es una. ‘La India María’ es otra. Eso tiene que quedar claro. Y es ella quién constantemente hace esa aclaración.
María Elena tiene una maravillosa figura, es madre de dos hijos, es abuela, y fue esposa. Enviudó desde 1974. Su marido Julián de Meriche, actor, productor y director de escena de origen ruso. Es correcta, eduacada, amable y respetuosa.
‘La India María’ es el vivo retrato de una sociedad como la nuestra. Nadie sabe si se casó o no, su edad no se conoce, no tiene hijos, pero sus aventuras han sido vistas por públicos de diferentes idiomas, y en México es más que un ícono. Es la vida imagen de aquellas Marías que vienen a la capital en busca de sus sueños. La India María es muy inteligente, igual que María Elena. Pero las dos han caminado senderos diferentes.
Tuve la fortunad de conocer a María Elena Velasco en un programa de radio con Juan ‘El Gallo’ Calderón. Iba vestida con un vestido azul marino pegado discretamente al cuerpo, su estutatura se veía elevada por unas zapatillas del mismo tono. El cabello largo, como siempre, y tomado solo por unos broches. La verdad me sorprendió. Me la había imaginado extrovertida, bromista. Bueno, de hecho lo es, pero no a la primera.
Al transcurrir la entrevista quedó clara la postura de las dos personalidades. Sin embargo, estaba tan agusto que comenzó a bromear al ‘Gallo’ con lo hacía ‘La India María’ con Raúl Velasco. Como quién dice a “tirarle el perro”. No parábamos de reírnos.
Recuerdos simpáticos de una mujer admirable, que se mantiene al margen y que ha sabido conservar su intimidad. Me encanta que regrese a la televisión, no sabemos cuándo, pero lo que sí, es que ya grabó en las instalaciones de Televisa San Ángel.
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